Comienza el juicio por el asesinato del jóven de 16 años Carlos Palomino. Desde los primeros momentos sostuvimos que este acto homicida fue un crimen de odio, un crímen motivado por el odio ideológico de un presunto neonazi que quiso acabar con la vida de un jóven antifascista y que tuvo la intención de ampliar su objetivo homicida a otros compañeros de Carlos cuando estos entraron en un vagón de metro con el animo de realizar una contramanifestación frente a una convocatoria xenófoba cerca de Legazpi.
Estan todavía recientes en nuestra retina las imágenes del video del metro que recogieron los gestos neonazis provocadores del imputado y los instantes del asesinato del menor antifascista y la agresión a sus compañeros que también pudieron perder la vida por las puñaladas de Josue Estebanez, cuando la ciudadanía vamos a recordar estos trágicos momentos, cuando sus amigos y compañeros convocan movilizaciones y especialmente, sus familiares y amigos viven con dolor irreparable el recuerdo. Es necesaria la memoria, como decían los supervivientes del genocidio nazi, porque aquella sociedad que la pierde también pierde su humanidad.
Desde que sucedieron los hechos hemos asistido a una sistemática campaña de difamación y descrédito por todos los grupos neonazis españoles hacia la víctima que merece la pena señalar por su crueldad y brutalidad. No satisfechos con el asesinato, criminalizan a la víctima e intentan destruir su dignidad, algo imposible por la contundencia de las imágenes y los hechos. Carlos Javier Palomino era y es un antifascista, como tal hay que tratarlo y respetarlo porque esa condición fue el motivo de su muerte a manos de un experto criminal. Su dignidad le pertenece y nadie puede restarsela por mucho que las indecentes y vomitivas webs neonazis le insulten y hagan una perversa campaña en defensa de su camarada, el presunto asesino, Josué Estébanez.
La memoria existirá siempre para Carlos Palomino, su dignidad nadie se la puede retirar; ahora toca que se imparta Justicia como reclamamos acusaciones particulares y populares; que se condene sin paliativos este crímen agravado por un odio ideológico hacia quien lucha contra el fascismo, tal como contempla nuestra legislación penal que tan dificil resulta de aplicar a los grupos neonazis y racistas. Esperamos una sentencia ajustada a derecho, tras un juicio donde el presunto homicida podrá ejercer su defensa con todas las garantías, a diferencia de Carlos que no tuvo ni la opción de repeler un ataque súbito, de un experto, que en modo alguno se puede disfrazar de legítima defensa o de miedo insuperable como sostienen algunos en apoyo al imputado.
Mientras tanto, mientas seguimos avanzando en la lucha contra el fascismo y sus manifestaciones relacionadas de intolerancia, nos afirmamos una vez mas en la memoria de Carlos Palomino, reclamamos respeto a su dignidad y reivindicamos Justicia para este execrable crimen de odio.
Esteban Ibarra
Presidente de Movimiento contra la Intolerancia
(Acusación Popular en el procedimiento judicial)