El Athletic, víctima de los neonazis Franco y la bandera preconstitucional
El Franz Horr de Viena se sumió en la vergüenza anoche, cuando en el minuto 62 del partido entre el FK Austria y el Athletic, que acabaron ganando los bilbaínos (0-3), medio millar de seguidores ultra del equipo local intentaron invadir el terreno de juego tras el segundo gol rojiblanco, conseguido por el joven Mikel San José. Durante 20 minutos, el campo fue tomado por la policía austríaca hasta que los ánimos se calmaron y el árbitro, el noruego Svein Odvar Moen, decidió reanudar el partido.
Una concentración de ultras de varios equipos europeos -Sttutgart, Austria y Lazio entre otros- , acabó en las gradas del campo vienés, que durante más de un año ha sido un fortín en el que ningún equipo visitante había ganado. Ayer se convirtió en un campo de batalla por culpa de los aficionados neonazis, que exhibieron pancartas que rezaban: «Viva Franco», acompañadas de banderas españolas anticonstitucionales y gritos como «¡Puto Bilbao!», o «¡Que Viva España!», con los que trataban de provocar a los seguidores vascos que, en actitud pacífica, evitaron responder.
La gresca fue la continuación de la que comenzó horas antes. Ya hubo algunos incidentes a mediodía. Según confirmó a EL MUNDO el presidente del Athletic, Fernando García Macua, un grupo de seguidores rojiblancos que visitaban la parte histórica de Viena fueron rodeados por hinchas ultras del Austria y del Lazio -que jugó la víspera en Salzburgo-. El aviso de los responsables del Athletic al coordinador de seguridad de la Ertzaintza, que viajó con el equipo, evitó que incidentes mayores. La Policía intervino para detener a una persona de nacionalidad austríaca. Además, un seguidor del Athletic tuvo que ser atendido y recibió tres puntos de sutura.
Según informaron algunos seguidores del Athletic, la policía de Viena mostró una actitud pasiva hasta que recibió la llamada del delegado de la UEFA. Esas misma fuerzas del orden obligaron después a varios aficionados rojiblancos a quitarse las camisetas de su club y entregar las banderas para poder acceder al Franz Horr. Además, cuando comenzaron los incidentes en las gradas, permanecieron pasivos. Primero, al comenzar la segunda parte, cuando varias bengalas encendidas en uno de los fondos obligaron al árbitro a parar el juego ante la escasa visibilidad. Después, con el intento de invasión, tuvieron que ser los miembros de la seguridad privada del FK Austria los que trataran de evitar que los ultras atravesaran una primera barrera de apenas dos metros de altura, que separaba a la grada del campo.
Sólo cuando los primeros hinchas accedieron al terreno de juego, mientras los jugadores del Athletic lo abandonaban a la carrera junto a los árbitros, los antidisturbios comenzaron a tomar posiciones, aunque no intervinieron en ningún momento. Se colocaron en fila, frente a la grada del fondo -la portería que defendía el Athletic- y esperaron allí a que los empleados del Austria y los guardias privados acabaran con la rebelión de la tribuna.
Pese a los incidentes, el partido no se terminó. El árbitro decidió esperar para saber lo que sucedía en el estadio. Después de una tensa espera y continuas consultas a los delegados de la UEFA, que ya habían advertido al inicio del choque al FK Austria que las pancartas exhibidas en la grada traerían consecuencias, reanudó el partido.
Habían pasado más de 20 minutos desde la suspensión. Los futbolistas regresaron al campo, pese a que no se había disipado aún el humo de las últimas bengalas, y se jugaron los 23 minutos que restaban, en los que el Athletic marcó otro gol por mediación de Llorente, se clasificó para dieciseisavos de final de la UEFA Europa League y eliminó al Austria, al que le espera ahora una durísima sanción. Al terminar, el presidente del Athletic destacó el comportamiento de los seguidores rojiblancos y manifestó: «Después de que el árbitro suspendiera el partido, teníamos serias dudas sobre la reanudación ya que de los 11.000 espectadores, 3.000 o 4.000 mantenían una actitud muy violenta. Fueron minutos de tensión aunque, a posteriori, hay que decir que acertó en seguir con el partido». «No teníamos miedo por nosotros mismos, pero sí por nuestros aficionados», admitió Caparrós al final.
LAS BANDAS EN EUROPA: De derecha y de izquierda
Los antecedentes del movimiento ultra en el fútbol hay que encontrarlos en 1898, cuando la policía británica utilizó por primera vez el término 'hooligan' para denominar a los grupos que provocan hechos violentos. Los ultras se han infiltrado entre los seguidores del fútbol para adquirir relevancia mediática y transmitir sus mensajes. Algunas bandas, como las que actuaron anoche en el estadio del Austria de Viena, están ligadas a facciones políticas de extrema derecha, que suelen mostrar banderas, estandartes fascistas, cruces celtas y esvásticas. En este apartado se encuadran, entre otros, los Ultras Sur del Real Madrid y los violentos seguidores del Lazio.
En el extremo izquierdo se sitúan los batallones de equipos como el Olympique de Marsella, las brigadas del Livorno o los 'Green' del Celtic. Entre ellos es habitual mostrar pancartas con la imagen de Che Guevara. Otras formaciones tiene sus raíces en nacionalismos, como los 'Boixos Nois' del Barça, los 'Indar Gorri' de Osasuna o los 'Herri Norte' del Athletic.
Franco y la bandera preconstitucional
Los radicales, al margen de cánticos en castellano (la mayoría contra el País Vasco), exhibieron banderas preconstitucionales españolas en el fondo que estaban ocupando. Además, los ultras colocaron en su zona una pancarta donde se leía: «Viva Franco», en alusión al ex dictador y escrita también en castellano. Las autoridades permitieron la bandera durante todo el partido.
El Mundo. 4.12.09
Ultras del Madrid y del Español entre los boicoteadores del partido Austria-Atletic.
El pasado jueves, por la noche, decenas de fanáticos organizados de distintos países europeos, mayormente españoles e italianos, se pusieron de acuerdo por primera vez para interrumpir un partido de fútbol. "No sabemos qué pasó. Nadie lo esperaba. Es evidente que las sanciones van a ser gravísimas", dicen en la UEFA, que tomará una decisión la semana que viene tras estudiar los informes de los delegados del encuentro entre el Austria y el Athletic en Viena.
Fue la tormenta perfecta. Aunque ya se habían reunido en anteriores ocasiones, siempre con la excusa del fútbol, como en el Mundial de Alemania 2006 o la Eurocopa de Austria y Suiza 2008, miembros de los Ultras Sur (Real Madrid), coordinados con representantes de las Brigadas Blanquiazules (Espanyol) y del Lazio, con las que están hermanados, boicotearon en un acto sin precedentes el partido durante media hora. "El mensaje de desafío a las autoridades es muy preocupante, ya que se trata de la primera acción colectiva en la que participan distintos grupos ultras", refiere Esteban Ibarra, responsable de Movimiento contra la Intolerancia.
El lanzamiento de bengalas, la exhibición de banderas preconstitucionales y otras con un contenido racista, como el hacha de doble hoja, y la invasión del terreno de juego pilló por sorpresa a los responsables de la seguridad del estadio Franz Horr, que aseguran que entre los violentos no había ultras locales, aunque otras fuentes apuntan a la presencia de neonazis austriacos, los Fanatics, como maestros de ceremonias.
Un club de origen judío
Obsesionados con la simbología, los ultras españoles no eligieron el duelo de la Liga Europa entre el Austria y el Athletic por casualidad. "Se les presentó la oportunidad perfecta", reconocen en la UEFA; "metieron el miedo en el cuerpo al Athletic por ser vasco y de paso involucraron a un club con un marcado pasado judío... Y si algo es la Internacional neonazi es antisemita", insiste Ibarra.
Fundado en 1911 por oficiales judíos, el futuro del Austria quedó marcado por la anexión del país en 1938 por parte de la Alemania nazi. La mayoría de sus futbolistas y directivos fueron ejecutados. Los pocos que se salvaron lo consiguieron huyendo al extranjero. No lo hizo su mejor jugador, Matthias Sindelar, que se opuso desde el primer instante a la anexión y murió en extrañas circunstancias.
El Pais. com 5.12.09