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Agresión de independentistas a Rosa Díez.

    

La visita de Rosa Díez a Cataluña empezó mal y acabó peor. La líder de UPyD consiguió finalmente pronunciar su conferencia en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), pero en circunstancias precarias: apenas 50 personas pudieron escucharla. Antes y después tuvo que soportar que decenas de estudiantes le silbaran, le escupieran, le llamaran «fascista», intentaran salpicarla con pintura roja, le lanzaran papeles y papeleras, y la persiguieran hasta su coche a la carrera para intentar impedirle la huida.

La diputada de UPyD llegó a la Autónoma invitada por el catedrático de Ciencia Política Joaquín Molins. Estaba previsto que Díez pronunciara su charla, Una alternativa para Cataluña, en el salón de actos. Pero varias decenas de estudiantes independentistas entraron en el recinto antes que ella tras forcejear con cuatro agentes de seguridad privada y coreando consignas como Rosa Díez, fuera de la UAB o Fuera fascistas de la Universidad.

Cuando Díez y sus acompañantes intentaron entrar, los estudiantes consiguieron impedirle el paso. Se formó un embudo y, tras varios minutos de forcejeos, la líder de UPyD desistió. El decano de la facultad de Ciencias Políticas de la UAB, Salvador Cardús, intentó entonces convencerla de que suspendiera el acto porque no podía garantizar la seguridad.

Cardús se subió a una mesa y dijo: «Nos gustaría garantizar el ejercicio de la libertad de expresión. Este decanato lamenta de forma profunda no poder garantizarlo. Sintiéndolo mucho, por razones de seguridad, nos vemos obligados a evacuar la sala». Pero Díez se negó a suspender el acto.

«Le hemos recordado [a Cardús] lo que pasó con Ibarretxe [el ex lehendakari fue víctima de un intento de boicot en la misma facultad la semana pasada] y le hemos exigido que nos ofreciera el mismo amparo», afirmó Molins. El catedrático dice sentirse orgulloso de «haber recuperado la libertad de expresión en la Autónoma, que estaba secuestrada desde los incidentes que se dieron en la visita de Aznar en 1999».

El decano ofreció entonces a Díez un aula alternativa para dar su conferencia, y hacia allí se dirigió la comitiva. Los estudiantes reaccionaron y fueron tras ella, pero cuando consiguieron llegar la diputada ya estaba dentro del aula. En ese momento se enfrentaron con los miembros de seguridad, pero no consiguieron entrar. En cambio, sí alcanzaron con varios litros de pintura roja tanto a seguidores de Díez como a los agentes. El decano Cardús también acabó manchado.

Durante cerca de una hora, la puerta del aula estuvo cerrada por dentro, y los radicales esperaron fuera gritando consignas hasta que Díez terminó de hablar. «No puede venir aquí gente que intenta fracturar Cataluña», decía uno de ellos.

Varios de los asistentes a la charla explicaron posteriormente que entre el público también había estudiantes que se identificaron como independentistas, pero que expusieron su visión con buenas maneras y mantuvieron un coloquio educado con Díez.

Cuando terminó la conferencia, la diputada salió protegida por sus escoltas y llevando un paraguas en la mano, que fue muy útil para evitar que los escupitajos y los papeles que le tiraron cuando huía del edificio la alcanzasen. Posteriormente los estudiantes se dirigieron al aparcamiento, donde intentaron bloquear la salida de su coche, que también golpearon.

En un comunicado posterior, el equipo de gobierno de la Autónoma y el decanato de la facultad de Ciencias Políticas expresaron su «satisfacción» por haber podido garantizar la realización de la conferencia de la líder de UPyD y lamentaron los incidentes y el intento de boicot protagonizados por un grupo de independentistas. «El civismo y el respeto a la libertad de expresión son valores que definen el espacio democrático y que deben ser asumidos por toda la comunidad universitaria», añadieron.


 El Mundo. 6.03.2010