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HAN ASESINADO A JOSEBA

    ETA asesinó el sábado a Joseba Pagazaurtundua, jefe de la Policía Municipal de Andoain. Un asesino joven y sin escrúpulos, degradado como persona y moralmente podrido, no dudaba en disparar con sangre fría cuatro tiros a bocajarro a Joseba, militante pacifista de Basta Ya, afiliado al PSE y a UGT, mientras leía el periódico en un café de esta localidad guipuzcoana gobernada en minoría por Batasuna. Con anterioridad, hace dos años, en la misma localidad y en una calle muy próxima, era asesinado José Luis López de Lacalle también socialista y miembro del Foro Ermua, a quien como a Joseba, le señalaron primero los de la kale borroka y luego le asesinaron.

Hoy en el País Vasco hay miles de personas marcadas por la limpieza étnica por oponerse a ETA, con el dilema de marcharse de su tierra o de lo contrario ser asesinados. Frente a la convivencia democrática, la lógica del exterminio de la disidencia se ha encarnado en la negación de la palabra, de los derechos fundamentales, de la dignidad y de la vida misma, alcanzando a representantes de la voluntad popular, magistrados, agentes de seguridad, pacifistas, militares, periodistas, profesores y al conjunto de la sociedad como destinataria final de la sinrazón terrorista, cuyo objetivo es, sin lugar a dudas, exterminar la libertad. Y así matando la libertad y la vida piensan que podrán imponer su proyecto que no sería otro que el de una dictadura genocida como aquellas que en tiempos del horror asolaron a la humanidad.

Joseba era un profundo demócrata, un pacifista activo, luchó contra la dictadura y llevaba la libertad en las entrañas del alma. Respecto al velatorio su familia precisó que quería de este un acto privado, al que invitaban a todos los amigos, compañeros y personas de bien, pero del que fueron expresamente excluidos todos los firmantes del Pacto de Lizarra y el Gobierno Vasco, señalando de esta manera la responsabilidad que todos estos tienen ante el hecho terrorista de ETA.

Así también lo reflejaron los ciudadanos que gritaron en el pleno extraordinario de Andoain, demandando lo que queremos todos desde hace años, que se aísle social y políticamente a los asesinos y sus cómplices, que exista una actuación política coherente en el País Vasco, que haya eficacia policial desterrando cualquier espacio de impunidad, y que cumplan efectivamente los cuarenta años de condena. De nada sirven las enérgicas repulsas de hoy, mientras mañana se sigue en el concilio de Lizarra con organizaciones políticas y de otro tipo satelizadas por el terrorismo, haciendo bueno aquello del árbol y las nueces expresado por Arzallus.

Asco, dolor y rabia acaba de decirme un amigo común al escribir un correo en el que me habla de la dignidad de Joseba y su coherencia durante toda su vida en el compromiso con las libertades. Me decía, ahora somos uno menos y nos han dado una buena pedrada, pero por mucha sangre que derramen estos canallas no podrán con nuestro espíritu de libertad. Mientras tanto, mientras vencemos al terror, hagamos llegar nuestra solidaridad a la familia de Joseba y a sus compañeros, mediante la movilización democrática, diciéndoles que no están solos, que sus lagrimas y dolor son compartidos por la ciudadanía de este país. ¡ Viva la Libertad !

Esteban Ibarra
Presidente del Movimiento contra la Intolerancia.