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Un Informe de la FERE desvela que uno de cada cuatro padres cree que los gitanos y los magrebíes deberían ir a colegios separados

    El incremento de inmigrantes y la presencia de gitanos en las aulas ha desatado en los padres con niños en edad escolar inquietantes prejuicios que pueden dificultar la integración social de estos colectivos. La mayoría de los padres valoran de forma positiva la presencia de gitanos e inmigrantes en las aulas en cuanto a su integración, sin embargo estos mismos encuestados prefieren que gitanos e inmigrantes acudan a colegios diferentes o los señalan como causantes de que baje el nivel educativo de los colegios. EL estudio realizado por la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza (FERE), revela que uno de cada cuatro padres (un 25,9%) considera que los estudiantes gitanos deberían estar segregados en escuelas específicas para ellos, diferentes a las que acuden diariamente sus hijos. Este rechazo se acentúa entre los padres que han optado por un centro religioso para sus pequeños, que llegan a aceptar la segregación.

El incremento de inmigrantes y la presencia de gitanos en las aulas ha desatado en los padres con niños en edad escolar inquietantes prejuicios que pueden dificultar la integración social de estos colectivos. La mayoría de los padres valoran de forma positiva la presencia de gitanos e inmigrantes en las aulas en cuanto a su integración, sin embargo estos mismos encuestados prefieren que gitanos e inmigrantes acudan a colegios diferentes o los señalan como causantes de que baje el nivel educativo de los colegios. EL estudio realizado por la Federación Española de Religiosos de la Enseñanza (FERE), revela que uno de cada cuatro padres (un 25,9%) considera que los estudiantes gitanos deberían estar segregados en escuelas específicas para ellos, diferentes a las que acuden diariamente sus hijos. Este rechazo se acentúa entre los padres que han optado por un centro religioso para sus pequeños, que llegan a aceptar la segregación étnica de los colegios en el 33,5% de los encuestados. La razón que se alega es considerar que los gitanos no aportan nada positivo en las aulas, así lo afirman un 41% de los padres entrevistados. Pero no sólo no aportan nada sino que además perjudican, así se lamentan el 40,6%, de que las clases que cuentan con gitanos en sus listas tienen un nivel más bajo que las aulas sin esta presencia.Los prejuicios alcanzan a la presencia de alumnos inmigrantes, aunque los padres se muestran menos duros en sus opiniones con ellos que con los gitanos. Los responsables del informe destacan que, aunque parezca paradójico, el 68% de los tutores está muy de acuerdo en que la presencia de extranjeros en los colegios de sus hijos es positiva. Esta respuesta se debe más a una postura teórica sobre la integración porque “tiene muy buena prensa”. Los datos son reveladores, un 31% de los padres creen que los inmigrantes bajan el nivel docente de las clases y el 18% afirma que la solución sería habilitar colegios específicos para ellos y no interferir en el recorrido escolar de sus menores. En esta cuestión, también se dan diferencias entre los que optan por educación pública o privada. Son más los padres con hijos en colegios públicos los que opinan que la multiculturalidad es un factor de enriquecimiento. Los tutores que apuestan por centros privados laicos registran el menor acuerdo en que los extranjeros compartan centro con el resto de niños. Así, uno de cada cuatro, un 26,6%, apuesta por segregarlos a colegios específicos. Los responsables del informe de la FERE aseguran que los padres y madres autóctonos aplican una escala estimativa de tolerancia hacia los extranjeros según su procedencia. En esta gradación, los gitanos vuelven a ocupar el punto más bajo de tolerancia entre los progenitores que, para justificar su rechazo, utilizan argumentos como que “no quieren integrarse”. En el siguiente escalón, los tutores sitúan a los magrebíes, segundo grupo con menor índice de tolerancia. En este caso son rechazados con opiniones como que “les resulta difícil integrarse y a veces quieren imponer sus puntos de vista con actitudes fundamentalistas”.