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En la carta se significa que “como organización pacifista solo cabe reprobar, condenar y repudiar esos actos de agresión e intolerancia que en nada tiene que ver con la cultura y la ética pacifista, pues quien los comete, los anima, incluso quien con su silencio no los condena, pierde toda su legitimidad ante los millones de ciudadanos que han salido a las calles a decir No a la Guerra, mostrando un rechazo cívico que lleva implícito a su vez, un no a la violencia y un no al terrorismo”.
El Movimiento contra la Intolerancia afirma que “la solidaridad que en nuestro país se manifiesta con las víctimas civiles de la Guerra en Irak, se amplía a todos aquellos que son víctimas de la intolerancia y en consecuencia, a aquellas personas que se les impide ejercer su libertad de expresión y otros derechos fundamentales, se les agrede o se arremete contra sus sedes y sus actos públicos”.
En la carta dirigida al Partido Popular, la organización pacifista le pide “un esfuerzo para que la crítica legítima a la violencia que están sufriendo no descalifique una movilización ciudadana por la Paz en la que han participado millones de españoles que a buen seguro comparten y se movilizan en otras ocasiones en nuestro país contra la violencia y por la Paz, como sucedió con motivo del asesinato de Miguel Ángel Blanco y de otras víctimas del terrorismo”.
El Movimiento contra la Intolerancia reitera que “su rechazo a la guerra, nunca ha de interpretarse como apoyo a ninguna dictadura, e invita al Partido Popular a que toda su energía democrática la ponga al servicio de un final urgente de la guerra presidido por el respeto generalizado de los Derechos Humanos, la Convivencia en Paz y la legalidad internacional encarnada por la Carta de las Naciones Unidas”.
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