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Agentes del FBI se han infiltrado en organizaciones ultraderechistas como el Ku Klux Klan, la Nación Aria y el Movimiento de Identidad Cristiana, de tendencia supremacista, en una operación de inteligencia que ha dado como resultado la detención de dos individuos, y la captación de información relativa a planes para cometer atentados.
Uno de los agentes infiltrados se hizo pasar por un experto en explosivos, armas de fuego y entrenamiento paramilitar se marcó como objetivo la interceptación de información sobre las conexiones entre estos grupos y sus planes inmediatos. Para ello se sirvió de teléfonos móviles que suministraba a reconocidos miembros de esas organizaciones ultraderechistas para que sus conversaciones pudieran ser escuchadas.
Uno de los resultados inmediatos de esta operación ha sido la detención de David Wayne Hull, conocido entre sus compinches como el mago imperial de los caballeros blancos del Ku Klux Klan, cuyos contactos con miembros de la Nación Aria eran frecuentes y que se haya a la espera de juicio tras haber sido acusado de manipulación de explosivos.
También en Filadelfia, Joshua Caleb Sutter, de 22 años, fue arrestado mientras compraba clandestinamente una pistola, manipulada. Caleb es miembro destacado de la Nación Arial y cuenta entre sus respnsabilidades orgánicas entrar en contacto con grupos fundamentalistas islámicos, con los que se pretendía entablar una colaboración permanente.
Este individuo coincidió con David Wayne en un congreso de la Nación Aria que tuvo lugar el pasado verano, tras el cual aumentó la retórica radical en los portales de internet de la organización nazi. Al respecto, el FBI fue puesto en alerta por detectar varias alusiones a un tal Padre Phineas, nombre en clave de aquellos miembros del grupo que están dispuestos a llevar a cabo atentados violentos. De hecho a través de conversaciones interceptadas a través de los móviles suministrados por el agente encubierto, las autoridades tuvieron acceso a una información, en la que David Waybe manifestaba haber entrado en contacto con traficantes de armas. Tras varias pesquisas los agentes averiguaron que la intención de los ultras era adquirir granadas de mano para atentar contra clínicas abortistas.
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