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Los gitanos piden ante la ONU su reconocimiento como pueblo

    Liliana Marcos / Canal Solidario

El español Felipe García Heredia fue el encargado de solicitar ante la novena Subcomisión de trabajo de Minorías de la ONU que se reconozca a su etnia, la gitana, como un pueblo. “Esperamos que sea un acto histórico y que se levante el polvo necesario para que se nos preste atención”, aseguró antes de viajar a Ginebra donde ayer, por primera vez, un gitano se dirigió a Naciones Unidas como tal.

“No somos una minoría étnica, somos un pueblo esparcido y no se nos quiere reconocer a nivel mundial, ni tampoco en España”, declara García Heredia, “en la practica, estamos desprotegidos”. Heredia puso como ejemplo el hecho que tras el genocidio nazi, en el que murieron 500.000 gitanos, “no se nos defendió, no nos pagaron indemnizaciones ni nos dieron homenajes”.

En palabras del delegado gitano, su pueblo se siente “como recluido en una reserva, en un coto del que no se puede salir porque no nos dejan”. A lo que añadió que su comunidad no quiere limosnas sino “trabajar y colaborar con la sociedad”. El mayor problema al que se enfrenta, también según este hombre, es la ignorancia de la marginación a la que han sido sometidos. Mientras que otros pueblos, poco a poco, han logrado el reconocimiento de su identidad, para el pueblo gitano ha llegado la hora de levantarse “de forma limpia y pacífica”.

España y olé

En Turquía, Macedonia y Rusia se los conoce como "cigani"; en Kurdistán como "luri" y en la India como "bandgar". Según el país, la región o la actividad que desempeñen, se llamarán "farao nerek"; "bohemios", "gitanos", "romani", "manush", "sinti", "kalé", "kalderash", "burugoti"... Desde la India, donde está su origen, llegaron en el siglo XI a Grecia donde se les llamó egipcios pensando que provenían de este país. Este es el término del que proviene la palabra gitano como se les llama en España desde que llegaron allá por el siglo XV.

Desde entonces han formado y conformado la historia y cultura española. Palabras como chaval o el clásico ‘olé’ provienen del caló, lengua del gitano español, mezcla del castellano y del romaní, el idioma originario de este pueblo. Llevan 600 años en nuestro país y hoy son unas 800.000 personas que, en la mayoría de los casos, viven en la marginalidad. Esa es la conclusión del informe del Open Society Institute, encargado de estudiar la situación de las minorías en Europa.

España ha ratificado la mayoría de los tratados internacionales sobre protección de minorías, no obstante, en este país el pueblo gitano no está declarado como una minoría étnica y, por consiguiente, no entra dentro de las medidas legislativas diseñadas para proteger a estas comunidades. El caló no está reconocido como lengua, ni se protege ni se estudia, origen de parte de las desventajas que los niños gitanos tienen cuando entran en el colegio. Casi un 30% vive en infraviviendas y el 90% de las chavolas en España están ocupadas por miembros de esta etnia. En este informe se puede leer como las asociaciones de gitanos han ido creciendo en estos último 20 años pero su participación en las decisiones que les ocupan es meramente consultiva.

Fue idea de un miembro de otro pueblo marginado el que los gitanos compadeciesen ante Naciones Unidas como un inicio para cambiar las cosas. Mario Agreda, delegado de la Confederación de Pueblos Indígenas de Ecuador, quien expuso la necesidad de “escuchar a la comunidad gitana”, un pueblo nunca atendido y “siempre utilizado por los políticos”. El ecuatoriano va más lejos y considera necesaria la redefinición misma de la ONU para que se convierta en la Organización de los Pueblos Unidos, recordando que por las nociones de patria y nación se han cometido grandes atrocidades.