LA MAREA. El Tribunal Supremo ha confirmado la condena a un año de prisión y ocho de inhabilitación impuesta a dos guardias civiles por un delito de torturas cometido contra un inmigrante cubano que fue detenido por robar una cartera a una mujer en la localidad de Alboraia (Valencia) en 2008.
Así, la sala de lo Penal ha desestimado los recursos que fueron presentados por los agentes contra la sentencia condenatoria del pasado 7 de mayo de 2012. El magistrado asegura que “nada resuelta más descorazonador que la figura de un agente policial que, de garante de la legalidad y el orden se convierte en su infractor“.
Los condenados fueron grabados por un sistema de captación de sonidos en su vehículo por Asuntos Internos de la Guardia Civil que investigaba la posible implicación de uno de ellos en delitos de tráfico de drogas o blanqueo de capitales.
El argumento utilizado por los agentes es que la transcripción de las grabaciones era precaria y carecía de suficiente calidad para fundamentar un delito de torturas. Algo que rechazó el tribunal.
“Le tiramos a la acequia”
Las grabaciones, prueba básica para la sentencia, demostraron como los agentes, tras detener al ladrón, tomaron una carretera secundaria para ir al cuartelillo y allí aprovecharon para amenazar y golpear al inmigrante para sonsacarle con quién había cometido el hurto.
“No me pegue señor, no me pegue señor, por Dios”, decía el detenido. Mientras tanto, los agentes le amenazaban, “le tiramos a la acequia a ver”, mientras cantaban Cuando salí de Cuba y aseguraban que “esto es lo mejor de este trabajo”.