La jueza de Barcelona ha condenado a un joven de ideología nazi a dos años y medio de prisión por propinar una paliza a un vendedor ambulante de latas de cerveza paquistaní por el mero hecho de ser inmigrante. Los hechos sucedieron en la plaza de España de Barcelona la madrugada del 2 de julio de 2012, durante la celebración del título mundial de la selección de fútbol española.
La sentencia del Juzgado de lo Penal número 2 de Barcelona declara probado que esa noche el acusado se encontraba en la plaza de España junto con otro grupo de paroximadamente veinte individuos “de estética skin y neonazi”. Al observar la presencia en el lugar de personas de raza negra y asiática, cuatro de los miembros de ese gurpo empezaron a acosarlas y a perseguirlas, alcanzando al vendedor de cervezas paquistaní. El condenado y sus acompañantes comenzaron a golpearle, tirándole al suelo y propinándole puñetazos y patadas. Como consecuencia de dicha agresión, la víctima resultó herida y con una cicatriz de más de tres centímetros en una ceja.
Aunque el acusado negó haber participado en la agresión, los agentes de la policía autonómica que presenciaron los hechos declararon ante la jueza que el condenado iba con un grupo de unas 25 personas de estética skin e indumentaria con simbología fascista. En su declaración, los agentes explicaron que vieron como el latero se acercó a ofrecerles cerveza y dos de los jóvenes con la cabeza rapada “le empiezan a patear mientras otros integrantes del grupo les jalean”. El grupo agredió a dos paquistaníes, un sudamericano y un español que terció en defensa de los inmigrantes.
Identificación por internet
El grupo neonazi también se dedicó aquella noche a atravesar contenedores y arrojar objetos contra los agentes antidisturbios de la policía autonómica. Sin embargo, la identificación del autor de la agresión llegó porque las imágenes de la agresión fueron colgadas en la web www.naciodigital.cat, en las que aparece el condenado con una camiseta de la selección española, con gorra y la cara parcialmente tapada con una bufanda. Entre las pruebas aportadas por la policía figuran comentarios en la cuenta de Facebook del condenado en las que se jacta de haber agredido al ciudadano paquistaní.
La juez considera probado que el acusado participó en la paliza que recibió la víctima y añade la agravante de actuar por motivos racistas “porque no existía motivación alguna en el ataque a la víctima salvo la ideología, dado que no se conocían”. “No existe ninguna otra explicación a dicho comportamiento agresivo, más que la víctima pertenece a un grupo minoritario, por ser inmigrante, mostrando desprecio por ellos”, argumenta la sentencia. La magistrada condena a dos años de cárcel por un delito de lesiones con la agravante de racismo y abuso de superioridad y seis meses de prisión por un delito de desórdenes.
J.G. ALBALAT. EL PERIODICO.-