JOSÉ FÉLIX DÍAZ. MARCA.- La Copa de las Confederaciones sirve de pruebas a todos los niveles para lo que un año después es la Copa del Mundo. Rusia no va a ser una excepción y en este caso la FIFA ha centrado sus objetivos en la seguridad (sin problemas en la cita de este mes de junio) y en el racismo, circunstancia que quiere erradicar por completo.
La FIFA anunció que el árbitro está capacitado para suspender los partidos. Antes de llegar a esa circunstancia, se deberán dos pasos previos. El colegiado, ante la primera aparición de insultos, deberá pedir públicamente que el comportamiento pare.
Si el gesto persiste, el árbitro podrá detener el encuentro hasta que se pueda reanudar, pero está capacitado para suspenderlo definitivamente de persistir el acto racista.
Emisarios de la FIFA controlarán la dirección y el origen de los insultos o actos racistas, pudiendo sancionar a la selección implicando, llegando a la pérdida del partido.
15.06.2017