22 julio, 2019. La investigación de la policía catalana está abierta por delito de odio, desórdenes públicos y resistencia y desobediencia a la autoridad.
ELDIARIO.ES.- Los Mossos d’Esquadra han detenido este lunes a cuatro personas por el ataque xenófobo a un centro de menores migrantes no acompañados del Masnou (Barcelona) del pasado 4 de julio.Según fuentes policiales, la investigación de la policía catalana está abierta por delito de odio, desórdenes públicos y resistencia y desobediencia a la autoridad. Los detenidos quedarán en libertad en las próximas horas, a la espera de que les cite el juez.
Los arrestos se han realizado en el mismo municipio del Masnou y en la localidad de Alella, en la misma comarca. A estas detenciones hay que sumar el hombre que fue arrestado el mismo día del intento de asalto al centro de menores no acompañados pero que formaba parte del grupo de vecinos que protestaba contra la manifestación de miembros de extrema derecha.
El ataque, que ya investiga la Fiscalía contra los delitos de odio, se produjo tras una manifestación contraria a la presencia del centro de menores y estuvo protagonizado por grupúsculos de extrema derecha, según el Govern. Un grupo de manifestantes logró entrar en el recinto y agredió a algunos menores, cuatro de los cuales resultaron heridos leves, igual que dos de los educadores que estaban en la casa, que tuvieron que ser asistidos por el Sistema de Emergencias Médicas (SEM).
La manifestación del pasado 4 de julio estuvo convocada en contra del intento de violación que habría cometido el 29 de julio uno de los menores migrantes del centro durante las fiestas del pueblo, pero terminó con un intento de asalto del albergue. El juez de menores acordó el ingreso del detenido en un centro de justicia juvenil de régimen cerrado. Los acompañantes del joven, también menores tutelados, le recriminaron su actitud y se lo llevaron antes de que consumara la agresión sexual.
El centro del Masnou, de la red Xanascat de la Generalitat, está habilitado para acoger a menores migrantes desde el pasado septiembre de 2018. En él viven unos 50 jóvenes. Durante la protesta se profirieron gritos racistas como «esta es nuestra tierra y hay que defenderla», y en ella participaron como instigadores miembros de la extrema derecha de la comarca.