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Un año más conmemoramos el Día internacional de la Mujer. Nos encontramos en un momento histórico de una complejidad extrema, con acontecimientos internacionales que nos mantienen expectantes por lo que tienen de excepcionales y críticos. Las personas feministas sólo podemos vivir esto desde la solidaridad con el pueblo ucraniano, sobre el que se está ejerciendo la violencia más terrible que puede existir. Dicho esto, el motivo que nos trae aquí es otro sobre el que no queremos perder el enfoque pues de los 365 días en el año uno se convierte en el instrumento para que nuestra voz pueda llegar más lejos. La discriminación por razón de sexo se sigue produciendo. Miles de estadísticas confirman aquí, y en resto del mundo, que nacer mujer sigue siendo en pleno siglo XXI una desventaja más o menos acentuada en función de la zona geográfica donde nos encontremos. La agenda feminista no está abierta por la misma página en todo el planeta y eso es algo que, desgraciadamente, siempre debe estar presente en nuestras mentes. Desde la Coordinadora contra la Misoginia y el Machismo nuestra apuesta va a ser siempre la de salvaguardar y proteger el espacio que permite que hoy podamos seguir avanzando en el camino hacia la igualdad real y efectiva entre hombre y mujeres y este no es otro que el de la democracia. Para ello no podemos perder nuestra perspectiva de consolidar las condiciones o remover los obstáculos que impidan a las mujeres ser ciudadanas plenas y, que en el ejercicio de nuestra ciudadanía, no se menoscabe ninguna oportunidad ni se nos conculque ningún derecho por una cuestión de sexo o género. Las mujeres queremos ser y estar. El movimiento feminista lleva 300 años en la lucha incansable por abolir el género, por lo que tiene de elemento castrador y encorsetador para las mujeres. Sin embargo, y pese a ello, se hacen notorias las corrientes de pensamiento que abogan justo por lo contrario, por perpetuarlo llegando incluso a negar la diferencia biológica y reduciéndola a un constructo social. Esto significa eliminar a la mujer del mapa, pues negar la biología es negar la discriminación y negar la discriminación es retroceder. La Coordinadora no participa de estas teorías identitarias de género cuyo eje vertebrador no pivota en torno a los principios de igualdad y libertad. No solo no es nuestra lucha sino que además no vamos a apoyar el reclamo de ningún colectivo si con ello se pone el peligro al propio sujeto político de la lucha feminista, la mujer. No podemos cerrar los ojos ante esta realidad, ni como feministas vamos a tolerar injerencias en este sentido. De los 365 días, sólo en uno se cuelan los altavoces, los medios de comunicación y se ocupan las calles con lemas y pancartas, pero restan 364 en los que el trabajo de muchos y muchas es lo que suma. Nosotras nos concentraremos en aportar nuestro grano de arena para construir una sociedad más justa y equilibrada. Fines de la COORDINADORA CONTRA LA MISOGINIA Y EL MACHISMO 1. Trabajar por la defensa y expansión social de los principios y valores de igualdad real entrevmujeres y hombres poniendo en marchas acciones que favorezcan un cambio social, económico y cultural desde la participación activa de la ciudadanía, para contribuir de manera efectiva en la defensa de los derechos de las mujeres, a su liberación, así como en la defensa y solidaridad con las víctimas de la misoginia y del machismo y en la promoción de la protección integral que proporcione nuestra legislación. 2. Fomentar, dinamizar, sensibilizar, fortalecer y apoyar el asociacionismo de las mujeres, el voluntariado, la coordinación, la formación con perspectiva de género, así como, su participación en todos los ámbitos de la vida política, cultural, educativa, deportiva sanitaria, económica, social u otros ámbitos para favorecer el avance contra la opresión hacia la igualdad real y efectiva entre mujeres y hombres desde un trabajo de intervención en red. 3. Prevenir la aparición y combatir hasta su total erradicación las diversas manifestaciones de intolerancia por razón de sexo y género, de menosprecio, discriminación, subalternidad, estigmatización, acoso, hostilidad, violencia u otras actitudes y conductas sexistas, machistas y misoginas hacia las mujeres, promover la memoria de las víctimas que se den en nuestra sociedad, así como participar en la lucha solidaria por la inclusión, contra la discriminación, el discurso y los delitos de odio, contra toda forma y manifestación de intolerancia hacia las personas. 4. Generar y fomentar valores y actitudes sociales, democráticas en especial de Solidaridad, Igualdad, Libertad, Justicia, Tolerancia y defensa de la Dignidad de las personas, así como de la justa lucha por la reivindicación de los Derechos de las Mujeres en una perspectiva universal, en todo lugar, tiempo y país, global, transversal y específicamente, haciendo respetar los derechos humanos para todas las personas. 5. Reclamar y demandar actuaciones institucionales para conseguir erradicar los estereotipos y roles de género, actitudes, conductas y comportamientos sexistas, machistas y misóginas que se produzcan en cualquier ámbito social, económico y cultural de nuestra sociedad, para promover la plena ciudadanía de las mujeres en todos los ámbitos de la vida pública y privada y de la sociedad civil. 6 . Promover la educación y sensibilización en defensa de la equidad de género y de los valores democráticos y participativos, de la dignidad de la persona y la universalidad de los derechos humanos, de la tolerancia, la solidaridad, la libertad y la igualdad entre mujeres y hombres, así como de los principios y valores de la Constitución Española y de los tratados internacionales que suscribe nuestro país.
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