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TERRORISMO CONTRA LA CIUDADANIA

    El doble atentado terrorista en Alicante y sus consecuencias, trece heridos, uno de ellos muy grave, además del horror causado a miles de ciudadanos cuyo merecido descanso se ve quebrado por la cloratita y el titadine, nos debe inspirar alguna reflexión mas que la coherente y expresada acerca de este atentado, estratégicamente ubicado en la rutina veraniega del ataque a intereses turísticos que desde hace mas de doce años realiza esta banda criminal.
A mi juicio nos encontramos con un acto terrorista inhumano muy significado. Su comisión súbita contra ciudadanos indefensos que no pueden imaginar que han sido convertidos en objetivos de la banda, denota otra dimensión de su crimen. Si la violencia en sí misma supone la transgresión de todas las normas morales en una sociedad civilizada y el violento, quien agrede o mata a sus adversarios políticos, ha perdido ya toda razón por el uso de ese medio, no digamos entonces quienes atacan directamente a la población civil, en ese caso el acto terrorista se convierte en un autentico crimen contra la humanidad
Otro aspecto a señalar es la juventud del presunto autor terrorista. Se precisa y con razón que el origen de ese reclutamiento criminal se sitúa en la denominada “kale borroka”. Sin embargo deberíamos añadir que esta recluta de jóvenes que hoy lleva a cabo ETA, mostrando que son capaces de realizar atentados contra población civil, solo es posible en una sociedad que no ha sabido inculcar los derechos humanos y los valores democráticos, lo que a su vez evidencia el fracaso del sistema educativo en el País Vasco, como también el de sus medios de comunicación.

La enfermedad moral que alimenta el terrorismo tiene por raíces exclusivas del mal que ejercen, el desprecio al valor de la vida, el fanatismo y el odio, algo que se refleja fehacientemente en el doble atentado de Alicante, o en los de Santa Pola y Torrevieja y en todos sus crímenes en general cuyo objeto es aterrorizar a la población civil. Si todos los atentados terroristas son condenables y deleznables, los atentados contra poblaciones civiles, sitúan a quienes los cometen en la perspectiva señalada durante los juicios de Nuremberg por los crímenes del nazismo.

En consecuencia, aunque lleve razón el consejero vasco de Interior, Javier Balza, en cuanto que frente a este terrorismo solo cabe la persecución judicial y policial, adelantándose a sus criminales pretensiones con la detención de sus miembros y su entrega a la justicia, sería conveniente por parte del Gobierno Vasco revisar el fracaso de una política educativa que permite tal anomia moral en amplios sectores juveniles y sociales que sustentan la violencia etarra.

Hay que insistir en la lucha moral contra el terrorismo y esta debe realizarse en todos los ámbitos, pero especialmente en los educativos. Es preciso abundar en el rechazo de toda ideología que legitime el asesinato, pues quienes así lo sostienen y la historia ha dado buena prueba de ello, acaban convirtiendo el asesinato en ideología, que es la base de toda dictadura totalitaria. Y desde luego invitar a todos a un reconocimiento de la naturaleza de estos actos criminales que muy lejos de una pretendida liberación nacional, estamos realmente ante auténticos crímenes contra la humanidad.

Esteban Ibarra
Presidente contra la Intolerancia