|
|
|
Los cerebros de tres niños que fueron víctimas de los experimentos del régimen nazi fueron enterrados a finales de Octubre en Görden, en el estado alemán de Brandemburgo.
Se trataba de dos hermanos y de su primo que padecían enfermedades físicomentales hereditarias. La clínica psiquiátrica de Görden fue el primero de los centros de experimentación que aplicó la eutanasia. Para dar muerte a los pacientes, utilizaron primero gas, pero luego lo sustituyeron por corrientes eléctricas ante las protestas de la Iglesia.
Los cerebros de los niños, conocidos como los tres hermanos K, fueron llevados, tras la guerra, a la ciudad de Giessen, donde hacía su doctorado el austriaco Franz Seitelberger. Éste los recibió como regalo por su trabajo científico en Alemania, y en los años 50 se los llevó a su país, donde más tarde fue director de la Universidad de Viena.
Los tres cerebros se sumaron a otros 800 que fueron usados en los experimentos nazis en un hospital austriaco y que, luego, quedaron bajo custodia de las autoridades. En abril del año pasado, debido a una masiva protesta popular, las autoridades de Viena ordenaron sepultar definitivamente los restos de los niños austriacos, y los cerebros de los tres menores fueron devueltos a Görden. "No podremos descansar en paz hasta que se castigue a los culpables de esos crímenes", declaró ayer el pastor Hans-Ulrich Schulz durante el entierro. (El Perídico de Cataluña 29.10.2004)
|
|
|
|
|