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JEREZ. Jerez estuvo ayer a la altura de las circunstancias. La concentración convocada por Movimiento contra la Intolerancia (MCI) por la tarde congregó a más de 20.000 jerezanos en la que se considera como la mayor respuesta de esta ciudad al horror terrorista a lo largo de toda su historia. Esta cifra es la que baraja la Policía Local, como destacó el superintendente Juan Acuña, claro que otras fuentes estiman que los jerezanos que se echaron a la calle para, en silencio, con oraciones o palmas, protestar contra la masacre del 11 de marzo en Madrid superan las 40.000 personas.
Marta, Paco, Beatriz, Antonio, José, Luisa, María, Javier y hasta una perra llamada Kaya que pedía PAZ y, con letras mayúsculas, salieron a las calles del centro para dar una respuesta clara contra el terror. Lo que en principio iba a ser una mera concentración en la plaza del Arenal se ha convertido en la mayor manifestación en la historia de esta ciudad y porque "el propio pueblo lo ha pedido", como destacaron tanto miembros de Movimiento con David Perla a la cabeza, como el delegado municipal de Participación Ciudadana, Antonio Sánchez o José Manuel Trillo, secretario local de Comisiones Obreras.
Antes de las siete de la tarde los jerezanos copaban la plaza del Arenal y buena parte de la calle Larga. A medida que pasaba el tiempo la cabeza tenía que avanzar y se tomó la determinación de llegar a la plaza de la Estación. El recorrido en silencio, con manos blancas en alto, pancartas en las que se leía "Madrid, estamos contigo" o simplemente "No al terrorismo" reflejaban el sentir y el pesar de los jerezanos. A medida que se continuaba hacia la estación de trenes, más y más personas se incorporaban al grupo, tanto en la cabeza como a los lados de la misma. Una hora y cuarto tardaron en pasar los miles de jerezanos en el punto de la rotonda de los Casinos. Como indicaba la Policía Local aún había gente en la plaza del Arenal cuando ya se había llegado a la silueta de Renfe donde David Perla, representante de Movimiento contra la Intolerancia, leyó un comunicado en el que se expresaba sin pudor lo que se sentía, se hacía un alegato a la vida y a votar mañana domingo para defender lo que tenemos porque lo hemos defendido, una democracia. "Hay mucha gente que está apostando por la pena de muerte y nuestro lema es 'No matarás'. No somos como ellos, jamás seremos como ellos", dijo David Perla. Luego un testimonio en primera persona de una de las víctimas. Otra parte de la ciudad estaba en la manifestación en Cádiz, se calcula que unos 6.000 jerezanos. Los autobuses fletados se llenaron. Fue sólo uno de los medios utilizados para llegar hasta la capital de la provincia. Otros optaron por el tren y otros recurrieron a sus propios coches. La lluvia también se quiso sumar a la manifestación, pero no impidió que el que quisiera se acercara a expresar con su presencia lo que sentía sin tapujos. Familias enteras, jóvenes, mayores, niños... Todos y cada uno a su forma mostraron su repulsa al terror.
Pero la manifestación que exigió y reinvindicó Jerez fue sólo el punto y final a una jornada marcada por una profunda tristeza. Por la mañana cientos de trabajadores y ciudadanos de a pie se concentraron durante unos quince minutos frente a las puertas de sus comercios. Silencio, de nuevo silencio y miradas al vacío. Lágrimas y dolor contenido por la tragedia. Ya por la mañana se sabía que los comercios iban a cerrar algo antes de las siete para dejar que cada uno expresara su rechazo a la masacre. Pequeños comercios del centro, de barriadas y otros grandes como las empresas de El Corte Inglés, Carrefour, Leroy Merlín, Día y tantos otros echaron el cierre antes.
Con esta masiva respuesta, los ciudadanos dieron la espalda por completo a los políticos de su ciudad, que prefirieron convocar deprisa y corriendo la misma tarde del atentado para así asistir ayer 'tranquilamente' a la de Cádiz, una ciudad siempre mucho más dispuesta a salir a la calle. Hasta ayer. Porque los políticos de Jerez, simplemente, han hecho el ridículo. 'Forzaron' el jueves a la Policía Local a decir que en 'su' convocatoria había una cifra aceptable, como 1.500 personas, e incluso pusieron autobuses para facilitar que los jerezanos que quisieran se acercaran a la capital a manifestarse. Así que ayer se encontraron, simplemente, en una manifestación ajena, no la de su pueblo.
Desde las seis de la tarde, cientos de personas entraban en la calle Larga dispuestos a participar en la modesta concentración que se mantuvo pese a las ganas de hacerse una foto 'segura' en Cádiz y no una 'dudosa' en Jerez, la del Movimiento contra la Intolerancia, que de manera habitual (tristemente) convoca apenas cincuenta personas en la plaza del Arenal. Pero ayer no. Miles y miles de personas decidieron lo obvio: da igual quien convoque ante una causa de fuerza mayor y que no tiene mucho sentido que Jerez -sin ningún ánimo de aludir a antiguas rivalidades, siempre catetas- vaya a manifestarse a Cádiz.
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