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-Somos conscientes del sufrimiento que han provocado las dictaduras, tanto en el mundo entero como en Alemania-, declamó Cornelius Weiss, presidente socialdemócrata del Parlamento de Sajonia (este de Alemania). -Y también somos conscientes de que la democracia es el único modelo social que garantiza la dignidad humana. De ahí que ésta siga respaldándose hoy día con fuerza y de que, en caso de necesidad, sea defendida-, añadió, dirigiéndose hacia el rincón donde se sentaban los miembros del ultraderechista NPD.
El pasado 19 de septiembre, el partido que proclamaba la marcha de los extranjeros -y el trabajo en Alemania, para los alemanes- conquistó el 9,2% de los sufragios en los comicios regionales del Land o Estado federado de Sajonia.
El resultado (superior al 5% requerido para ingresar en una Cámara regional) les introducía directamente en el Parlamento de Sajonia, al mismo tiempo que otro partido ultraderechista, la Unión del Pueblo Alemán (DVU), se colaba en la Cámara Regional de Brandeburgo.
La ultraderecha alemana se ha aprovechado del desencanto que recorre Alemania, en concreto, en la zona oriental, debido al elevado paro y a las incómodas reformas socioeconómicas que está aplicando el Ejecutivo de Gerhard Schröder.
Su auge entre el electorado ha sido de tal calibre, que los líderes del NPD y la DVU han decidido aprovechar su momento de gloria y anunciar que concurrirán juntos a las elecciones regionales, europeas e incluso generales de Alemania.
Sin embargo, según los expertos, los ultraderechistas no tienen opción alguna a nivel federal. Es más, nunca han sabido trabajar juntos, por lo que se duda que lleguen a realizar siquiera la campaña para la Cancillería en el año 2006.
-No existe un programa de partido. No hay un líder claro o persuasivo.Y nunca consiguen organizarse-, analizó recientemente Oscar Gabriel, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Stuttgart.-Además, tienen una escasa presencia en los medios de comunicación nacionales, en comparación con similares partidos en el extranjero-, culminó, haciendo referencia a la realidad de que los periodistas germanos obvian y arrinconan de la opinión pública tanto al NPD como a la DVU para no darles protagonismo.
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