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En declaraciones a Efe, Ibarra mostró su preocupación por los actos de xenofobia que proliferan en los campos de fútbol y los atribuyó a los 'grupúsculos racistas enquistados en los grupos ultras'.
Si se regulan, añadió, se les podrían atribuir responsabilidades administrativas e incluso penales cuando los insultos y las agresiones provengan de las gradas que habitualmente ocupan.
Ibarra, que forma parte del Observatorio de la Violencia, el Racismo y la Xenofobia que se constituyó en diciembre en el Consejo Superior de Deportes, explicó que ya ha reclamado ese tipo de medidas en ese foro y confió en que se incluyan en el protocolo anunciado por el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky.
'No puede haber más ambigüedad y anonimato y que nadie asuma las responsabilidades', destacó tras pedir al Ministerio de Interior que actúe contra los grupos que operan en las hinchadas ultras y los pongan a disposición judicial.
A su juicio, las autoridades no pueden limitarse a gestos de solidaridad o a campañas de sensibilización contra el racismo, ya que el problema de los actos xenófobos en los campos de fútbol y las agresiones en sus aledaños 'nunca habían alcanzado la extensión actual'.
Ibarra, quien pidió que se investigue también la actuación de los grupos ultras en Internet, reclamó la implicación de los clubes de fútbol que 'aceptan y mantienen relaciones' con los grupos ultras, concediéndoles espacios específicos, ayudas para viajes y tratos especiales.
El protocolo anunciado por Lissavetzky, añadió, puede ser 'el punto final' del problema si va al centro del mismo, 'esos grupos racistas y de estética 'skin'; los responsables no son todos los espectadores del estadio, sino los varios centenares de ultras que son conocidos y contra los que no se actúa'.
Terra Deportes - EFE
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