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La alta comisionada para Derechos Humanos de Naciones Unidas, la canadiense Louise Arbour, elogió ayer en Madrid el proceso de regularización de inmigrantes emprendido por el Gobierno español: "Ha sido un paso importantísimo para una sociedad que quiere ser inclusiva y coherente con el respeto a los derechos humanos; lo veo de forma muy positiva", afirmó a un grupo de periodistas en la Casa de América. Arbour, ex fiscal de los tribunales internacionales para la ex Yugoslavia y Ruanda, y al frente del Alto Comisionado de la ONU desde febrero de 2004, concluyó ayer una visita de dos días a Madrid en la que se ha reunido con la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, y con los ministros de Trabajo, Jesús Caldera; Interior, José Antonio Alonso, y Exteriores, Miguel Ángel Moratinos. También conversó con el alto comisionado de apoyo a las víctimas del terrorismo, Gregorio Peces-Barba.
Tras calificar de "muy satisfactoria" la relación que mantiene con el Ejecutivo español, Arbour se mostró especialmente complacida por el proceso de regularización de 700.000 inmigrantes. "Soy consciente del dilema que afrontan los Gobiernos en estos casos, ya que temen enviar señales que atraigan más inmigración ilegal, y pese a ello el Gobierno español ha sido capaz de dar derechos a gente que carecía de ellos", afirmó. La alta comisionada aseguró contar con la colaboración del Ejecutivo para hacer más operativa la oficina que dirige.
Arbour fue muy cauta al evaluar la polémica que ha enfrentado a la UE y EE UU con Amnistía Internacional, que acusa a este país de "redefinir" la tortura en su guerra contra el terrorismo. "Los ciudadanos se han vuelto escépticos y ya no saben a quién creer; por esto los Estados deben esforzarse más en demostrar que respetan los derechos humanos", apuntó.
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