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(El Períodico.7.3.05.OLGA PEREDA.MADRID)
Por la igualdad. Por la diversidad. Por el amor. Porque tener una opción sexual no sea ni mejor ni peor que tener otra. Éstos eran los deseos de los centenares de miles de homosexuales y heterosexuales que se dieron cita ayer en Madrid para celebrar el día del orgullo gay. El primero en muchos años en el que la igualdad está conquistada. Al menos, la legal. Los asistentes no se cansaron de vitorear la ley que ha convertido en realidad las bodas gays. Mi familia también importa fue, de hecho, uno de los lemas más escuchados.
En la marcha hubo políticos de izquierda, miembros de ONG, banderas arcoiris, pancartas reivindicativas, carrozas y mucha música. Todo con tal de medir fuerzas con la marcha antigay del 18 de junio, en la que se reivindicó, con el apoyo de la jerarquía eclesiástica y la dirección del PP, que el matrimonio sólo puede ser heterosexual y procreador.
La Federación Estatal de Lesbianas, Gays y Transexuales (FELGT) esperaba reunir a un millón de personas. El objetivo era demasiado ambicioso y la realidad constató que no fueron tantos. Más bien se quedó en la mitad. Como siempre, el consenso brilló por su ausencia. Según la Policía Nacional, acudieron 97.000 personas, una cifra ridícula si se tiene en cuenta la amplitud del recorrido. Los organizadores hablaron de dos millones, otro dato incoherente.
LOS TRANSEXUALES
La fiesta de ayer estuvo encabeza por una pancarta que lo decía todo: Avanzamos. Ahora, los transexuales. Una vez conseguida la igualdad legal, el colectivo homosexual pretende que el Parlamento apruebe una ley para que los transexuales puedan cambiar el nombre que viene en sus DNI sin necesidad de pasar por el quirófano. Todo apunta a que así será. El Gobierno tiene previsto presentar la ley de identidad sexual después del verano.
La presidenta de la FELGT, Beatriz Gimeno, se mostró "orgullosa" de la conquista conseguida con el matrimonio homosexual y aseguró que la "España del arcoiris es más fuerte que la España arcaica". Arnaldo Gancedo, representante del colectivo gay de Madrid, también estaba pletórico, pero añadió que todavía queda "mucho por hacer" para conseguir la igualdad real. "Es una cuestión de pedagogía que llevará muchos años de lucha", explicó.
Al su lado, los políticos de izquierda también quisieron celebrar el triunfo del colectivo gay. La ministra de Cultura, Carmen Calvo, dejó claro que las leyes no las marca la Iglesia. "No se gobierna con la moral, sino con las mayorías", dijo en relación con el masivo respaldo parlamentario a las bodas gays. "No hay marcha atrás en este tema. Ojalá otros países sigan nuestro ejemplo", concluyó. La secretaria de Estado de Cooperación Internacional, Leire Pajín, expresó su alegría por el hecho de que España se haya convertido en "un referente mundial".
El secretario de Organización del PSOE, José Blanco, así como el de responsable de Movimientos Sociales, Pedro Zerolo, y la de Relaciones Internacionales, Trinidad Jiménez, también se situaron detrás de la pancarta de cabecera, junto con el líder de IU, Gaspar Llamazares, y la portavoz del partido en el Ayuntamiento de Madrid, Inés Sabanés.
APOYO A LAS LESBIANAS
La manifestación de Madrid no fue la única. En Barcelona, unas 15.000 personas, según la Guardia Urbana, y 50.000, según los organizadores, se manifestaron bajo el lema ¿Lesbiana? Encantada, es un placer. El placer es nuestro. Somos todo placer.
La marcha, a la que asistieron Joan Puigcercós (ERC) y el conseller Joan Saura (IC-EV), empezó en la plaza de la Universitat y concluyó en la de Sant Jaume, donde la escritora Gemma Lienas leyó un manifiesto a favor de las lesbianas, un colectivo que "ha quedado casi oculto".
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