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Ahmed Tommouhi. Los 5.000 días de un presunto culpable.

    Ahmed Tommouhi tiene 54 años y lleva casi 14 en la cárcel por varios delitos de violación que siempre ha negado. Es lo que suelen hacer prácticamente todos los violadores, pero su caso es muy distinto. Una de esas penas fue anulada en 1998 por el Tribunal Supremo después de que el ADN revelase que no fue él quien cometió la violación, sino Antonio García Carbonell, un violador múltiple y confeso que cumple 228 años de condena con el mismo modus operandi que el atribuido a Tommouhi. Pero es que, además, el marroquí tiene un enorme parecido con el español y se da la circunstancia de que la única prueba de cargo que hubo en los juicios contra Tommouhi fue el reconocimiento de las víctimas.

Por todo eso, el fiscal jefe de Cataluña, José María Mena, solicitó el 30 de abril de 1999 que el Gobierno indultase a Tommouhi y a Abderrazak Mounib, condenado por los mismos hechos. "Nos queda la duda en conciencia", dijo en su día Mena. Han pasado más de seis años de la petición de gracia y ni la resolvió el Gobierno del PP ni la ha resuelto todavía el del PSOE, pese a los numerosos requerimientos desde diversos sectores.

El Defensor del Pueblo lleva más de dos años pidiendo al Ministerio de Justicia que resuelva la petición, al igual que SOS Racismo. También diversos parlamentarios han interrogado al Gobierno sobre el caso. La respuesta ministerial ha sido la misma que cuando pregunta el periodista. "El caso está en trámite. No puede haber ningún pronunciamiento público sobre el tema", asegura un portavoz de Justicia.

Mounib murió en prisión a principios de 2000 esperando. Tommouhi sufrió un infarto hace meses y estuvo tres semanas hospitalizado. El próximo 20 de julio

cumplirá 5.000 días en prisión. Desde primeros de marzo podría estar en libertad condicional, pero si sigue entre rejas es por su convencimiento personal de que es inocente. Hace años que Tommouhi podría haber empezado a tener permisos, lo que unido a un programa de tratamiento en la prisión le hubiera llevado al régimen abierto. Y de ahí a la libertad. Pero siempre se ha negado a acogerse a esos beneficios. "Si no soy culpable, no tengo derecho a permisos. Sólo tengo derecho a la libertad", asegura este hombre afable en una conversación mantenida con EL PAÍS el pasado día 13 en la cárcel barcelonesa de Brians.

Son poco más de las 15.30 y el calor húmedo de Barcelona es agobiante, incluso a la sombra. Tommouhi acude a la entrevista con una botella de litro y medio de agua bien fría, varios zumos que acaba de comprar en el economato y unos vasos de plástico que le facilitan la metáfora sobre su situación. "Tengo cuatro vasos y quito uno porque digo que no es verdad, pero quedan tres iguales al otro. ¿Por qué uno va fuera y los otros siguen en el mismo sitio?", se pregunta.

Fue condenado por cuatro tribunales de Barcelona y Tarragona por delitos de violación. "Si en un caso se ha podido demostrar que no fui yo, ¿por qué en los otros no?". Tommouhi es un hombre sencillo, no sabe leer ni escribir y no comprende ciertos razonamientos jurídicos ni las estrecheces del sistema penal una vez se dicta sentencia. La última oportunidad legal se agotó hace un año, cuando el Tribunal Europeo de Derechos Humanos inadmitió una demanda para revisar su caso.

"No quieren saber la verdad. No les interesa. Me condenaron porque emplearon el poder, no la justicia", relata este hombre corpulento que no puede evitar que se le humedezcan los ojos. "Me han estropeado el futuro, la juventud, la vida". Si el Gobierno no le indulta no saldrá de prisión hasta julio de 2009. Es decir, le quedan todavía cuatro años entre rejas.

"Ellos me buscaron la cárcel, que me busquen ahora la libertad", dice. Y no puede evitar decir que si no fuese marroquí no estaría entre rejas. "Soy un pobre inmigrante, un moro como se dice aquí, que vino a buscar trabajo y encontró injusticia".

Tommouhi recibe a menudo la visita de su hermano, de su hijo y de su hija, que ya le ha hecho abuelo. No quiere ni pensar qué hará cuando salga de la cárcel un día u otro. Al final de la entrevista tampoco puede evitar entregar una carta escrita con ordenador que le ha redactado su compañero de celda en la que recuerda que él no ha pedido el indulto para recuperar "una libertad que no mereció perder".

El PSOE PEDÍA CLEMENCIA CUAMDO ERA OPOSICIÓN.


Cuando el PSOE estaba en la oposición, mantenía una postura muy distinta a la que defiende ahora, en el Gobierno, en relación con el indulto de Ahmed Tommouhi. El 23 de julio de 2003, el diputado socialista Jordi Pedret formuló dos preguntas al Gobierno requiriéndole sobre "las razones que justifican la tardanza en la respuesta" a la petición de indulto de la fiscalía.

En esa pregunta, Pedret interrogaba muy directamente sobre si "tiene el Gobierno la intención de resolver en un plazo inmediato dicha solicitud de indulto". El diputado socialista argumentaba que "no se alcanza a comprender la tardanza que se está produciendo en el presente caso de tramitación del indulto" en el que el condenado "se ha proclamado siempre como totalmente inocente" y la solicitud de gracia cuenta con el "distinguido aval" de la fiscalía.

Pedret añadía en sus preguntas parlamentarias: "Si la tardanza en la Administración de justicia es un mal en sí, y difícilmente reparable, la tardanza en responder a una petición de gracia participa, sin duda, de tal carácter".

La respuesta del Gobierno fue que el caso se estaba estudiando y que seguía su trámite administrativo.

Ahora, con el PSOE en el Gobierno, es el diputado ecosocialista Joan Herrera, de Izquierda Verde, quien ha preguntado al Ejecutivo sobre la situación de Tommouhi, que, a su juicio, "se está convirtiendo en insostenible, ya que continúa encarcelado". Herrera alude, como hiciera Pedret en su día, a que la petición de gracia la formuló el propio fiscal Mena y asegura que la medida de gracia es la "única vía procesalmente posible para deshacer la insólita situación que sufre el afectado". Según este diputado, "es inaudito que el Gobierno todavía no haya adoptado una decisión al respecto".

La respuesta a la pregunta ha sido muy similar a la que en su día ofreció el Gobierno del Partido Popular. "En estos momentos, el asunto está siendo estudiado, y se espera que pueda ser resuelto en el plazo más breve posible, teniendo en cuenta las complejas circunstancias derivadas de la gravedad de los hechos y de los diversos delitos por los que ha sido condenado".