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Madrid-
Uno de los objetivos fundamentales de las Fuerzas de Seguridad en la actualidad es intentar captar a ciudadanos latinoamericanos para que, como agentes policiales o sin necesidad de pertenecer al Cuerpo, se infiltren en las bandas latinas que operan en Madrid con una virulencia cada vez mayor. Informes policiales a los que ha tenido acceso LA RAZÓN constatan que «estamos ante un problema multicultural», por lo que expresa la necesidad de que «los Cuerpos de Seguridad y Servicios Públicos se doten de funcionarios que reflejen esta realidad».
De paisano o uniformados. En este sentido, destaca la conveniencia de realizar «servicios conjuntos en los lugares de reunión, locales de ocio, espacios públicos, salida de los alumnos de las escuelas, tanto con personal de paisano y/o uniformado». Y es que los enfrentamientos se producen cada vez con mayor frecuencia, como ha ocurrido esta semana, cuando en sólo 24 horas hubo dos reyertas de gran magnitud entre grupos rivales que se saldaron con un joven ecuatoriano muerto y otro herido de gravedad. De acuerdo con los informes consultados hay más de 500 miembros de los «Latin King» en la ciudad y unos 200 «Ñetas». Pero estas dos bandas ya no son las únicas: «Ya existen otras compuestas por grupos más reducidos, que han surgido por las escisiones que se han producido en los “Latin King”, entre ellas se destacan los “Rebel People”, “Latin Forever”, “Punto 40”, “Latin Brothers” y “Latinos de Fuego”».
Hasta ahora las bandas utilizaban en sus enfrentamientos armas blancas u otros objetos contundentes, pero la Policía ha activado la alerta roja: «Se está a la expectativa de que pudieran estar adquiriendo pistolas detonadoras para posteriormente modificarlas y conseguir que disparen fuego real».
La banda que más preocupa a las Fuerzas de Seguridad son los «Latin King», pues representan el grupo más organizado y violento. Sus jefes son sólo tres personas. el símbolo asociado al poder supremo está representado por una corona de cinco puntas, cada una de las cuales con un significado: respeto, honestidad, unidad, conocimiento y amor. Dentro de la estructura de mando, que es «rígida y piramidal» imitando a los reinos incaicos. En el vértice superior está el «Inca Supremo»; le sigue el «Cacique Supremo»; los «Coronas», que se ocupan de un aspecto de la banda como la economía, la seguridad o las armas; el «Rey», a cargo de un grupo de «Latin King»; los «Capítulos», que son los integrantes de un grupo; y los «Caballeros Negros y Oficiales», que se encargan de la seguridad. Los «Reyes» tienen como símbolo la corona de tres puntas, mientras que el puño identifica a los militantes de base.
En cambio, «Los Ñetas», no se consideran una banda, sino una asociación que lucha contra los abusos, que en la Comunidad de Madrid se localizan en el distrito de Vallecas. La Policía ha podido comprobar que «su grado de organización no llega a ser del mismo nivel que los “Latin King”». Sus miembros están registrados con una ficha personalizada, donde constan sus datos personales, antecedentes penales y policiales, fotografía e incluso posibles enfermedades. Las pesquisas policiales realizadas han detectado que, 2principalmente en el distrito de Puente de Vallecas, los integrantes de esta banda gozan de buena relación con los técnicos de prevención del Ayuntamiento, con los que participan de manera activa en acontecimientos de carácter lúdico organizados para menores, como por ejemplo “La Noche más Joven”», destacan los informes consultados.
Ecuatorianos y dominicanos. Aunque el origen de esta banda es puertorriqueño, «sus miembros proceden de la inmigración ecuatoriana y dominicana». Para ser militante hay que transitar un camino difícil que se explica en uno de los informes: «Diferencian entre un amigo y un miembro de la banda. Se ha de conocer bien al aspirante, después de acudir a las reuniones, dejarse ver y hacerse conocer, entonces se cuenta con ellos y pasan a formar parte de la familia. Esta es la diferencia entre amigos y hermanitos. Por un miembro de “Los Ñetas” se está dispuesto a dar la vida».
Otra de las bandas que preocupa a las Fuerzas de Seguridad es «Latinos de Fuego». La Policía Municipal cree que «este grupo comenzó a formarse entre 2002-2003. Sus integrantes son principalmente hispanoamericanos, encontrándose entre ellos algunos españoles». El símbolo que utilizan está formado por las letras L y F y su saludo consiste en formar una L con los dedos pulgar e índice, (tipo pistola), y cruzarlos con los de la otra persona. En su indumentaria visten collares y pulseras con barriles y dependiendo del número que lleven, indica el lugar jerárquico que ocupan en la banda. Sus colores son el rojo, que significa fuego y sangre; azul, el cielo y el mar; transparente, ilumina salir adelante; verde, la pureza y la naturaleza. Otro de los detalles que se explica en uno de los informes es la forma de incorporarse a esta banda: «Se tienen que realizar diversas pruebas de resistencia física, siendo las más agresivas: apagarse un cigarro en la parte interior del antebrazo y recibir una paliza del resto del grupo» que consiste en estar en el centro de un círculo y recibir golpes con correas de los demás integrantes. Hasta el momento, «sólo se conoce su participación en alguna reyerta y agresiones con lesión».
El entorno social en la Comunidad de Madrid está cambiando, sobre todo «por la globalización y el flujo migratorio», como señala uno de los informes sobre la presencia de las bandas latinas en nuestra ciudad. Las causas que provocan la violencia entre estos grupos son las mismas que pueden desencadenar disputas entre individuos, aunque en este caso constituye un fenómeno más complejo por formar parte de un grupo, lo que los hace sentirse más fuertes.
Algunos de estos muchachos dicen que quieren «sentirse como en casa» y otros asumen «acciones de autodefensa, ante lo que consideran un ambiente hostil», en el cual intentan reafirmar la personalidad de los integrantes de estas bandas», que buscan «un reconocimiento muy alejado del éxito académico o laboral», destaca uno de los textos. Conciben la violencia como valor predominante del honor, la fuerza y el respeto. «Sus miembros son menores de edad y jóvenes de ambos sexos que dicen defender sus señas de identidad latina frente a la exclusión por xenofobia o racismo. Sus acciones las justifican a través de una visión de luchar contra la injusticia utilizando la violencia entre los grupos y manteniendo una rivalidad acérrima por la lucha de los territorios que controlan en la ciudad».
La Policía Municipal comenzó a estudiar el comportamiento de estas bandas desde finales de 2003 por el trabajo de los Agentes Tutores en los colegios. Tras un seguimiento en el entorno escolar de algunos menores ha sido posible detectar la pertenencia a los «Latin King» o «Los Ñetas».
Su actitud es desafiante y provocadora, así como prepotente y se sienten impunes, por ello no dudan en actuar en grupo, a plena luz del día, en parques y en los entornos escolares, lo que ha disparado las alarmas y el temor entre varias comunidades de ciudadanos.
Los blancos de su violencia, sus víctimas no responden a un determinado perfil. «Pueden ser personas elegidas aleatoriamente, incluso de su misma nacionalidad; parejas que están dentro de sus coches estacionados en zonas poco transitadas; personal de locales comerciales pequeños de barrio; estudiantes en sus centros educativos, cuyos rasgos de personalidad más frecuentes son la debilidad, inseguridad, ansiedad, sensibilidad, timidez, con bajos niveles de autoestima y menos fuerza física. Si alguno de estos menores es captado por la banda, será de forma voluntaria, aunque poco a poco mostrarán alteraciones de conducta, como cambios en el carácter con tendencia a la agresividad, no aceptarán las normas de convivencia social en el hogar, se despreocuparán de los estudios, un reiterado absentismo escolar y, en un momento podría abandonar el domicilio familiar.
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