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El Tribunal Supremo ha ordenado que se repita el juicio con jurado popular que declaró inocente a José David Fuertes Sánchez, de 26 años y único acusado por la muerte a cuchilladas del joven angoleño Ndombele Augusto Domingos, de 16 años, el 20 de julio de 2002. El crimen se produjo a las puertas de un pub del polígono de copas Costa Polvoranca, en Alcorcón (Madrid). Fuertes fue absuelto en octubre de 2004.
El Supremo confirma así otra resolución dictada en abril de 2005 por el Tribunal Superior de Justicia.El Tribunal Superior de Madrid estudió la sentencia de 2004 y el veredicto de inocencia y ordenó, hace nueve meses, la repetición de la vista, al entender que la sentencia estaba "poco motivada".
Este caso ha estado rodeado por la sospecha de que algunos testigos habían ofrecido una versión falsa de los hechos. Tras el veredicto de inocencia, un magistrado de la Audiencia de Madrid puso en conocimiento de la sala en la que se había celebrado la vista la posibilidad de que dos de los testigos del juicio hubiesen mentido. El padre de uno de estos testigos comentó al magistrado que su hijo le había dicho que había mentido en el juicio para echar una mano a Fuertes, portero de la discoteca frente a la cual murió acuchillado Ndombele.
Las declaraciones ante los miembros de jurado de esos dos testigos fueron determinantes para su absolución. Ambos señalaron que estaban cerca de la puerta del bar de copas, pero que en ningún momento vieron a Fuertes acercarse a la víctima. El jurado, compuesto por cinco hombres y cuatro mujeres, hizo caso a este testimonio y, en cambio, obvió la declaración de otro testigo. Éste declaró que estaba a un metro y medio del lugar donde ocurrió la agresión y que sí vio a Fuertes abalanzarse sobre Ndombele.
Pese a este testimonio, el jurado basó su veredicto de inocencia en que ningún testigo había visto al acusado apuñalar a Ndombele y en que había incongruencias cronológicas en los testimonios que le inculpaban.
El Tribunal Supremo señala: "No es lógico ni razonable un análisis de la prueba que prescinda de la valoración de las declaraciones de los testigos presenciales de los hechos, o negarles credibilidad con apoyo en lo que han declarado los testigos no presenciales de los hechos o basándose en testimonios periféricos del hecho".
En prisión
Fuertes se halla en prisión, pero estuvo huido de la justicia durante 49 días. Resultó que, tras la sentencia absolutoria, tanto la fiscalía de Madrid como el Movimiento contra la Intolerancia -que preside Esteban Ibarra y actúa como acusación particular en este proceso- presentaron un recurso ante la Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Madrid. Este tribunal ordenó repetir el juicio al entender que el jurado no había motivado correctamente la absolución y que había empleado criterios arbitrarios al dictaminar la no culpabilidad de Fuertes. Seguidamente, el tribunal convocó una vistilla con las partes y ordenó el ingreso en prisión de Fuertes. Y, como no le localizaba, decretó su búsqueda y captura. La sala justificó el ingreso en prisión en la gravedad del hecho que se le imputaba y la alarma social generada.
Luego de 49 días huido, Fuertes se presentó en un juzgado de Alicante y posteriormente ingresó en prisión. Además, presentó un recurso ante el Supremo contra la decisión del Tribunal Superior. Ése es el recurso que el Supremo ha rechazado ahora, confirmando que debe repetirse el juicio.
Tras la lectura por el jurado del veredicto de inocencia de Fuertes, el 28 de octubre de 2004, se sucedieron momentos de tensión en la Audiencia de Madrid. La madre de la víctima, entre llantos y gritos de dolor por la exculpación del que creía autor de la muerte de su hijo, cayó al suelo mareada y hubo que llamar a una ambulancia para que la atendiese, mientras que el padre repetía una y otra vez que el veredicto era injusto. "No hay justicia en este país", protestó airado. Por su lado, el acusado, al sentirse libre, insultó y amenazó con tono arrogante al presidente del Movimiento contra la Intolerancia.
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