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Los ataques antisemitas y de extrema derecha han alcanzado un punto de evidencia y agresividad que recuerda al tiempo posterior a 1933", dijo la ministra del Consejo Judío en Alemania, Charlotte Knobloch, en alusión al año en el que Adolfo Hitler asumió el poder.
Las declaraciones de la ministra, difundidas por la agencia española Europa Press, se conocieron después de que una estadística reveló que los delitos cometidos por grupos neonazis aumentaron un 20 por ciento en los primeros ocho meses de este año, en relación con igual período del año anterior.
Knobloch citó como ejemplos de la agresividad de la extrema derecha episodios como la quema en público del diario de Ana Frank, en el estado federado de Sajonia-Anhalt (este de Alemania), y el caso de un joven que fue obligado por sus compañeros de escuela a colgarse en el cuerpo un cartel con lemas antisemitas.
A su turno, Uwe Carsten-Heye, del Movimiento por una Alemania Abierta al Mundo, dijo que es necesaria una acción en todo el país para luchar contra los grupos nazis y sus altos grados de violencia.
Entre enero y agosto de este año hubo en Alemania casi 8.000 delitos vinculados con las actividades de la extrema derecha, entre ellos actos violentos, exhibición de símbolos nazis, insultos racistas y saludos hitlerianos en público.
En el mismo período de 2005 la cantidad de manifestaciones de este tipo fue de 6.605.
La cantidad de actos violentos cometidos por neonazis fue de 452, con un resultado de 325 heridos.
A raíz de este problema, el partido socialdemocrático SPD y la nueva izquierda (Linkspartei) propusieron la rápida convocatoria de una "cumbre para la democracia".
Los partidos que agrupan a neonazis en Alemania han mostrado en los últimos tiempos una mejoría en su comportamiento electoral, al punto de que en cuatro de los 16 estados estas agrupaciones han logrado colocar diputados en los parlamentos locales.
Knobloch dijo que el los buenos resultados electorales del partido neonazi alemán NPD lleva a la fuerza política a esforzarse ára presentarse como un partido político "normal" y democrático, algo que, según su opinión, no debe ser permitido.
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