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Zoraya, canaria de nacimiento, 'ya fue brutalmente golpeada el pasado noviembre como así demostraron las lesiones que presentaba, y que fueron denunciadas ante el juez, en un incidente con claras connotaciones racistas y xenófobas', señala dicho escrito. Producto de ello el colectivo 'Queda La Palabra' remitió diversos escritos al Parlamento canario, al Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, al Diputado del Común y a los juzgados encargados del caso.
En dichas misivas reclamaba a los parlamentarios un Pacto contra el Racismo y la Xenofobia; al Ayuntamiento, que tomara cartas en el asunto, 'sin que se haya tenido constancia de ninguna medida'; y al Diputado del Común, se le expresaba 'la extrema gravedad de lo ocurrido sin respuesta ni acción alguna hasta el momento'. El pasado día 29 de diciembre, el juez que instruye el caso decretó una orden de alejamiento para dos de las supuestas agresoras de Zoraya, vecinas de la víctima.
No obstante, según 'Queda la Palabra', la mujer ha vuelto ha ser agredida hoy. 'Por desgracia cuando se trata de racismo cualquier persona puede convertirse en potencial agresora, máxime con el ambiente social que se respira en Canarias y especialmente en Tenerife, producto del último año vivido en torno al fenómeno migratorio y el erróneo tratamiento político que se le ha dado a este fenómeno', insistió.
Tomar cartas en el asunto
Por tanto, desde 'Queda La Palabra' se pide a las distintas Instituciones y a los representantes políticos, que tomen 'cartas en el asunto y asuman la responsabilidad que les corresponde como representantes del pueblo que son, responsables últimos del devenir de una sociedad'.
Para este colectivo, dada la 'gravedad' de lo que sucede, el tema del racismo no debe quedar 'únicamente en manos de un juez, resultando muy urgente que la clase política canaria atienda los casos de xenofobia y racismo que se vienen dando en nuestra tierra y se siente a trabajar en la firma conjunta de un Pacto Contra el Racismo y la Xenofobia en Canarias'.
Finalmente, resaltó la necesidad de que el pueblo canario tenga 'claro y así lo oiga por voz de su clase política', que el fenómeno migratorio es una realidad 'global' a la que hay que 'acostumbrarse se quiera o no', debiendo por tanto respetar en coexistencia 'armónica a todas las culturas y nacionalidades que viven en nuestra tierra'.
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